Nota de Mata

NÓTESE POR FAVOR:

Absolutamente CUALQUIER escrito en este blog expresa mi opinión personal y ninguna otra, no tiene ningún fin político ni de control ni mucho menos comercial, es con el mero objetivo de DIVERTIR / ENTRETENER.
Yo autorizo a que mis textos sean distribuidos en cualquier sitio o por escrito incluso, sólo espero que si así lo hacen, pongan una pequeña referencia al blog "lafelicidadmata", nunca viene mal un poco de publicidad.
Gracias, espero disfrutes el blog.
Mata.

2 oct 2012

Casi me olvido


Tanto me perdí, pensando en la vida, que por poco me olvido de lo que es vivir.
Decir que sí, salir a jugar en el recreo. Tanto, tanto, que hasta me gustaron los días de lluvia. ¿A quién le gustan los días de lluvia?
Si lo lindo es salir al patio y que el sol calentito nos reconforte.
Si la lluvia solía ser levantarse tarde y desayunar en la cama los domingos.
Tanto me gustó la lluvia que dejé de ver el sol, pero él siguió brillando con la misma intensidad siempre, para que hoy, pese a que sea de noche, pueda verlo de nuevo.
Es que por poco me olvido lo que es jugar al fútbol entre amigos, tirar una pelota y correr, correr porque ganar es divertido, porque correr es divertido.
Por poco y me olvido lo que es un abrazo, un beso de las buenas noches, o el cantito del ángel de la guarda.
Tantas, tantas vueltas di yo solo que me mareé, y ahora que estoy dejando de girar me toca tirarme al piso, y disfrutar ver al mundo moverse de un lado a otro. Porque marearse también estaba bueno. Pero estaba mejor cuando le dabas a tu amigo los brazos cruzados y giraban juntos, y salían juntos volando, juntos caían y veían moverse las paredes. Y juntos se levantaban.
Y cuando no, el que primero se paraba extendía su mano y el que seguía tirado la agarraba, y para esto se turnaban, porque cuando no se levantaban juntos se ayudaban a levantarse.
Porque mirar al cielo desde el piso no era algo de una vez, y cada tanto, era de todos los días. Mirar al cielo y acordarse de ese sol.
Era jugar a las escondidas, y ya no correr una pelota, correr por el honor, llegar último y picar para todos los compas, sentirse un héroe.
Pero uno de verdad, que ni si quiera pedía oir un gracias, y corría a esconderse de nuevo. Porque como héroe, sabía que después le tocaría ser la víctima salvada. Y cuando no, entonces, contaba. Hasta 20, hasta 50, 80 o hasta 100. Siempre los mismos números y los mismos escondites. Y nos traían nuevas sonrisas.
Porque cantar era un placer, y era con el alma. Igual que cada dibujo, cada pintura, cada escultura, cada actuación… Cada juego era con el alma, y era de verdad, de pronto nos volvíamos pokemones o superhéroes o simplemente seres poderosos, o no, pero hacíamos lo que queríamos y siempre bien. Hasta el verdad o consecuencia, y que alguna chica me buscara para darme un beso.
Y era sentir esa emoción, adentro, y siempre sentirla pero siempre distinta; y de un modo distinto, siempre volver a emocionarse por lo mismo. Porque emocionante no era lo nuevo, no era lo bueno o lo de moda, emocionante era lo emocionante.
Emocionante como hoy mirar al sol y saltar de la alegría. Saltar de la alegría, porque hoy va a ser emocionante.


Mata.

13 jul 2012

Aplausos hipócritas


Por fin entendí que era eso que me molestaba, cuando una persona decía algo, y todas a su alrededor gritaban “¡Eeeeh!”, o aplaudían. O al menos eso creo. De cuando la gente que dice algo, sin importar mucho qué, y alrededor se oyen aplausos. Aplausos hipócritas, solía llamarlos. Es que son esos momentos en los que los aplausos callan las palabras. Y ese es el problema. Callan las palabras. Luego de un enunciado, sin importar su duración, los aplausos y otros festejos impiden no sólo la respuesta, pero además no dejan pensar. Me pasó el otro día… Quizás ya un par de veces, de querer decir algo, que alguno me calle y los demás atrás: “¡Eeeeh, eeeh, callaaaaaate!”.
Y no da tiempo a una argumentación con sentido. Simplemente bloquea una opinión, silencia a una persona, es un fanatismo que por tal ni si quiera sabe si lo que aplaude es correcto, simplemente aplaude… O que a veces aplaude porque cree correcto y se equivoca, o no, pero no lo sabe, porque no pudo escuchar qué hay del otro lado.
Y perjudica a ambas partes, tanto a la que es silenciada como a la que se pierde una linda argumentación por ese aplauso y ese silencio. Sí, las argumentaciones son lindas. Son hermosas. Hacen pensar, hacen pensar a al menos más de un individuo, que al menos tienen una posición diferente uno del otro. Se pueden lograr maravillas. A mi particularmente me gusta discutir. Me resulta divertido y muchas veces excitante, además de que son pocas las veces en las que alguna persona quiere discutir conmigo… Quizás por eso lo disfruto todavía más… Y bueno, entonces, es eso lo que me molesta. Que me quiten la oportunidad de expresarme, silenciándome fanáticos sin darme la oportunidad de presentar, ni darse la oportunidad de pensar. 


Mata.

11 sept 2011

Ocasiones especiales

Me encanta, bah, me es casi gracioso, cuando se le dice algo que nunca se le había dicho a una persona, y se lo dice en una ocasión especial... Como que uno está esperando a ese momento especial para decirle a esa persona especial ese algo especial... Y yo personalmente creo que no hay que esperar ocasiones especiales para decir ese algo especial, que debería ser dicho todos los días. Al menos yo no quiero hacerlo. Trato de no hacerlo. Vivimos tanto en función del futuro, no nos damos cuenta, o quizás sí y no nos importa, que esa ocasión especial, ese momento, tal vez nunca llegue... Y a mí no me gustaría quedarme mis palabras en la boca. Yo creo que en vez de esperar esa ocasión especial, habría que decir eso especial cuando se piense, cuando se quiera, para hacer de un momento cualquiera, uno especial, y no de uno especial uno cualquiera. 
Brindo por esos que esperan a esa ocasión especial. 
Porque conozco muchos así, y muchos también son buena gente. 


Mata.

10 sept 2011

Las dos caras del tiempo


Porque el tiempo también tiene dos lados. Y quiero concentrarme en el tiempo pasado. Por propia experiencia me di cuenta de que cada vez que miro para atrás, puedo ver cambios, pero si hay algo que siempre hago, puedo hacer, y se que siempre voy a seguir haciendo, es ver mis errores.
Pero siempre, si hay algo que veo, es lo que hice mal y siempre que mire atrás voy a decir: ¡Qué boludo!. Sin importar qué tan atrás ni qué tan boludo, antes, era boludo. 
Por eso es (en parte) que soy tan positivo, que trato siempre de verle el lado bueno a las cosas. Guardar también lo bueno.
Así cuando vea para atrás voy a poder saber también lo bueno que hice, tener una perspectiva más amplia.
Así, cuando vea para atrás, voy a ver ambos lados de la moneda. Ambas caras del tiempo.

Mata.

24 ago 2011

ERROR 404: 'RECIPROCIDAD' NOT FOUND

Y lo escribo principalmente porque creo que hay mucha gente que no ve este concepto del mismo modo que yo, y bueno, que conozcan un poco otras opiniones...
Porque la reciprocidad parece ser el concepto por el cual mis amigos me regalan un chicle, por ejemplo. Y es que yo siempre doy chicles cuando tengo. Vamos directo al ejemplo porque creo que está difícil:
Yo siempre ando regalando chicles, entonces, cuando veo a mi amigo sacar un paquetito de Beldent le digo: "Uuuuuh, chicle, ¿me das uno por favor?"
Y me responde, "noo, chabón, son carísimos"
Voy yo de nuevo: "Daaaaah, pero yo siempre te doy"
Respuesta: "Vos ofreces, yo nunca te pedí chicle"


Para mí, ganó mi amigo. O sea, para mi la reciprocidad es... Cuando uno responde a un pedido, espera que cuando pida uno mismo también le respondan. Es decir, me piden chicle, doy, así cuando pido, me dan. Básicamente. Pero no funciona siempre así. Porque yo creo que la reciprocidad no funciona con todo lo que es voluntario. Por más de lo muy forro que pueda parecer, si mi amigo me dice que él acepta porque yo le ofrezco, está en lo cierto, que no tiene que darme chicle porque le pido (más allá de que nunca está 'obligado'). Creo que no me estoy pudiendo explicar muy bien, yo mismo no me entendería si fuera vos.
Bien, va así. Para mi esa reciprocidad, ese "te doy porque me diste", "te dejo porque me dejaste", etc, sólo es aplicable a los pedidos. Sólo si yo te pido que me dejes correspondería después que te deje. Sólo si te pido que me des correspondería después que me des. Si vos me dejás o das por tu propida voluntad, buena onda o lo que fuere, si yo no quiero darte ni dejarte, entonces es tu problema, porque vos no sabías si yo quería que me dejaras o me dieras, simplemente me diste/dejaste, y yo no te lo pedí, y ahora cuando vos me pidas no quiero que me recrimines eso que me dejaste o diste. Porque si uno va a andar haciendo favores para verlos de vuelta, es un bodrio, anda a hacerte favores a vos mismo. Si vos hacés de buena onda, o porque querés, hacelo de buena onda o porque querés, no esperes nada más del otro, porque no hay nada más.  
Al menos a mí no me vengas a reclamar todo lo que hiciste por mi, si lo hiciste por mi, entonces fue por eso nada más, ahora si me necesitás, queda en mi ayudarte. ¿Seré lo tan forro como para dejarte tirado? Cuando necesites mi ayuda ya veremos...


Mata.

2 ago 2011

Jugando a vivir

Hablando de… Antes había escrito un artículo que hablaba sobre el juego que es la vida, y me auto-critico un poco esta vez… Porque puedo editar mis textos, pero prefiero hacer nuevos, así puedo ver como se fue moviendo mi pensamiento a través del tiempo.
Y no es que esto que ponga ahora no lo pensara antes, o quizás no lo pensaba, pero en el momento de publicar las reglas del juego no lo estaba pensando.
Si vamos a las reglas, vamos a ver una explicación bastante esquematizada (típico de mi), clara y ordenada, que explica la vida a grandes rasgos. Y ese fue el error. No hay vida a grandes rasgos. Realmente, pensémoslo un momento. Pensemos nuestra vida en núcleos básicos… Caminé, hablé, fui al colegio, anduve en bicicleta, cambié de colegio, anduve en bicicleta sin rueditas de apoyo, fui a mi primer campamento, pasé a la secundaria, tuve Internet, tuve mis primeros amigos de verdad, un campamento de invierno, mi primera novia, un viaje extraordinario… Me quedo un poco corto, porque ya llegué al final de mi vida. Quizás le puedo agregar por ahí en el medio “aprendí a ser feliz”, “me di cuenta de que era dios”, “me cortó mi primera novia” y entonces si terminamos. Y eso que estoy agarrando unos que quizás no son tan importantes. Realmente, lo que hace que la vida sea lo que es, son los detalles. Vivimos en los detalles, cada momento es un detalle, cada época, cada visión, cada canción, cada palabra, la vida es un detalle de la infinitud del tiempo, nuestra vida es un detalle. Si la vida no tuviera detalles nos suicidaríamos de embole.
Es más, yo que también dibujo me di cuenta el año pasado de que los detalles diferencian al pro del aficionado. Además, los detalles sirven mucho para distraer la atención del observador, para que no vea las flaquezas. Pensemos que una figura en un punto nos aburre, pero una figura en un paisaje nos da tanto de qué hablar…
Si la figura es lo principal, el paisaje y muchas líneas mínimas en la figura son detalles, la obra sin detalles sería un boceto. Un crudo, algo que se vería bien definitivamente, pero incompleto, seguramente… Triste. Con los detalles se le puede dar una emoción, hasta quizás una música, una noción de tiempo, de espacio, una historia, un posible futuro… Una infinitud de posibilidades.
No nos perdamos en los núcleos básicos, no vivamos nuestra vida en función de ellos. Empecemos a prestar atención a los detalles, démonos cuenta cuánto más importantes son que la figura principal.

Mata.

Facebook desde la "k"

Me gusta ponerle ese tipo de títulos raros a mis textos porque le dan un aire… Especial. Un título como ese además nos permite desviarnos un poco del tema central, nos abre el texto, y al menos para mí, suena más intrigante. Cuando yo leo “X gana el súper clásico” o “Y muertos en un accidente”, ya se más o menos de qué va a tratar el párrafo y lo leo sólo si me interesa. Un titulito diferente, como este, no te indica exactamente el contenido del texto, así que no se puede saber en definitiva si el texto nos interesa o no hasta que no lo hayamos leído.
Cabe aclarar que este texto no sale exclusivamente de mi cabeza, como todos los otros, que fueron escritos en momentos de inspiración. Es una especie de tarea escolar, que aunque sea lo que es, le voy a poner de lo mejor a ver cómo sale.
La tarea era analizar el Facebook, más bien las redes sociales, de qué modo y hasta que punto son “adictivas”, se vuelven “necesidad”, pero más importante, por qué.
Como con todo, podríamos dar una explicación muy linda y científica diciendo que aquellos momentos que nos producen bienestar son almacenados en el cerebro y qué más se yo y que después el recuerdo nos hace querer más y que se cuanto, pero como no me parece la mejor forma ni se la explicación científica real de las adicciones psicológicas, vamos a buscar el por qué en las redes sociales en sí. Lo que tenemos nosotros, ya los sabemos, necesidades, capacidad de adicción… ¿Qué tiene Facebook que hace que alguna gente se pase el día entero conectada, escribiendo comentarios, actualizando muros, fotos, notas, juegos de cualquier tipo, y muchos otros?
Y de algún modo creo que se conecta más con la sociología que con la neuro… ¿logía? Tiene que ver con el ámbito en que nos criamos, el ámbito en que nos movemos, y el ámbito en el que idealmente querríamos movernos, o habernos criado. Es un punto bastante determinante el de cuánta importancia el círculo de personas que nos rodea le da a las redes sociales. Si nuestros amigos o familiares están pendientes del Facebook, ¿pues por qué quedarnos atrás? Pero además de la condición social, que creo que en Argentina es especialmente fuerte esto de “¿qué pasó en Facebook? ¿Qué pasó en Twitter?”, también pasa por algo mucho más personal, de la psicología, ¿qué produce el Facebook en nosotros que lo seguimos usando? Y realmente no creo que los juegos sean los más atractivos, ni las noticias las más certeras, tampoco la mejor de la gente. Creo que pasa por algo natural de las personas, casi necesidad de mostrarse, de ser escuchados, atendidos, vistos. Porque en la red, nuestras fotos las ven muchos, nuestras notas las leen muchos, igual que nuestros estados, nuestros juegos dependen casi de si tenemos amigos, entonces apuntamos a ese lado. Nosotros como personas, o al menos yo y muchos que conozco, nos sentimos bien cuando se nos escucha, cuando se nos entiende, cuando se nos presta atención. Y cada uno tiene su forma. Algunos hacen payasadas, otros se destacan en su rol, otros molestan, otros simplemente llaman, y en general las redes sociales son un buen medio para ampliar el número de espectadores que nos atienden…
Espero que les satisfaga… A mí, bastante.

Mata.

15 jun 2011

¿Quieren saber qué es la voluntad?

¿O mejor, lo que yo creo que es la fuerza de voluntad? No es muy complejo ni muy largo. La fuerza de voluntad es qué tanto podemos dar de nosotros para ir en contra de lo que realmente queremos. Así de simple. 
Vayamos a lo práctico, para que quede claro. Una mujer tiene 10kg "de gorda" que quiere adelgazar. Comienza una dieta. Yo voy y le ofrezco una barra de chocolate blanco. Ella realmente la quiere, pero si su fuerza de voluntad es suficiente, no la va a comer. Muchos podrían decirme, "claro, su cuerpo lo quiere, pero su mente no, ella quiere por sobre todo adelgazar, y deja eso que quiere [el chocolate] por un fin mayor [bajar los kg "de más]". Y eso, a mí no me gusta. Mente y cuerpo son lo mismo, sos vos, es una persona. Y ese "la mente quiere" y el "`pr un fin mayor" son visión a futuro, que está bueno tener algo de ella, pero si muero el futuro desaparece. Y muerto no puedo comer ningún chocolate. Digamos que la vida la podemos disfrutar hoy, no sabemos cuándo va a estallar la guerra nuclear y nos vamos a morir todos. Sí, algo de visión a futuro, siempre se tiene. Pero por sobre todo, creo yo, está disfrutar el hoy. Y ejemplos como este puedo dar varios diferentes, pero no tiene caso, creo que se entendió la idea. Creo que fue Ricard, no se si es su nombre o su apellido, en fin, "el hombre más feliz del mundo", que dijo una vez: 
"Vivir los momentos que nos trae la vida, es inevitable. Gozarlos o sufrirlos, una elección"


Mata.

El intelecto de las personas según su barba. Y su condición de fumador/a. (Y lo que fume)

"Pasa que los que tienen barba son siempre inteligentes", estábamos charlando. "Pero los que tienen mucha barba", se agregó después. Éramos cuatro, creo. No estoy seguro si él mismo o ella dijo después "y los que fuman también son inteligentes"- "Si, y depende que fumes, también, porque viste, el que fuma pipa 
parece más inteligente", se agregó finalmente. 
Y yo les dije: "Voy a escribir algo sobre esto". Me preguntaron si iba a escribir sobre los barbudos y los fumadores, y les dije que no, pero que algo así me servía para hablar de los prejuicios. 
Y vení a decirme a mí qué son los prejuicios, que seguro que hay cada boludo con barba... Claro, también depende de como definamos inteligencia y boludez... Si inteligencia es dejarse crecer la barba y fumar pipa, adelante... Pero no creo que se refiriera a eso. Y en esta ocasión vuelvo a hacer una apelación al lector. No voy a pedir que no se prejuzgue. porque se que es, si no imposible, muy difícil. Está en nosotros juzgar y pre-juzgar. En todos los animales. Pero lo que sí se puede hacer, es hacer caso omiso de los prejuicios. Tengo una amiga, por ejemplo, que dice que hay otro amigo que solía caerle muy mal, antes de conocerlo. Ahora se llevan bien, hasta son amigos, desde que se conocieron. ¿Qué eso eso? Si hubiera seguido su prejuicio (que, perdón por no aclarar antes, es el juicio previo al conocimiento), no lo hubiera conocido. Se estaría perdiendo de un amigo. En fin, los prejuicios pueden llegar a beneficiarnos, pero así mismo, pueden privarnos de otros beneficios. El tema es que suelen ser errados, juzgar por un cruce de palabras, una mirada... Es tab poco que no puedo darnos un juicio cierto. Quién sabe si quiera las razones de las palabras que se cruzaron, o de cómo se ve la persona... ¿Por qué tuve el pelo de rojo, por ejemplo?


Mata. 

No enfrentes fuego con fuego, enfrentalo con agua

Si hay algo que no me gusta particularmente, es la venganza. Hay un dicho: "Ojo por ojo, diente por diente". Dijo Gandhi, una vez: "Ojo por ojo, y el mundo se quedará ciego". No podría estar más de acuerdo. Además, combatir el fuego con fuego es una idea estúpida (sin intenciones de ofender) ya desde el vamos. Imaginá al fuego. Ahora imaginá un fuego contrario. No hay que ser genio para darse cuenta de que al contrario de apagarse, se aviva y expande. Si enfrentás fuego con fuego, posiblemente salgas quemado. Estamos casi como al principio, sólo que un poco peor. 
Leí yo en algun lado: "Originalidad no es decir eso que no se ha dicho [para nuestro ejemplo, hacer], es decir lo mismo pero de una forma nunca antes oída".
Claramente, enfrentar fuego y agua nos brinda una solución sola. El fuego se extingue, el agua se evapora, una de dos. La definición se da desde quién pone más de sí. 
Así que bueno. He intentado no enfrentar el fuego. Y he salido perdiendo. He intentado enfrentarlo con fuego. He salido perdiendo. Quedémosnos abiertos a nuevas opciones, quizás con agua salga ganando. Después de todo, no pierdo nada intentando, y como muchos dicen: "La tercera es la vencida"


Mata.